Si miramos el presente del sector desde la distancia podría parecer que estamos atravesando un momento relativamente complejo. Pero, aunque es obvio que las cifras de ventas, comparadas con las de hace dos años, muestran una clara desaceleración que ha puesto en alerta a tiendas y marcas, si hacemos un análisis más profundo veremos que, lejos de tratarse de una crisis estructural, estamos ante un momento de pausa, una corrección natural en un mercado tradicionalmente marcado por los ciclos y tremendamente influenciado por las modas y, sobre todo, por la economía. Y como siempre, un mercado en el que, sí, muchos sufren, pero también otro muchos crecen. Y al final, el global, siempre es en verde.
Tras el impulso postpandemia, es evidente que las ventas han entrado en un compás de espera, pero también lo es que la práctica deportiva, el motor real del sector, no solo se ha mantenido, sino que en muchos casos sigue creciendo. Y esto es fundamental, ya que lo que garantiza la supervivencia futura de las ventas es una base sólida de practicantes. Y a día de hoy, hay cada vez más gente activa. El problema es que prefieren gastar menos en deporte, priorizando lo esencial o, sobre todo, alargando la vida útil de su equipo. Este fenómeno es lógico en un contexto de inflación y cautela financiera, pero no debe ser motivo de alarma para el sector. Son ciclos. Y prioridades. Y aunque ahora el deporte no está en lo alto de la lista de esas prioridades, la demanda reprimida, que la hay y siempre la habrá, volverá a impulsar las ventas más pronto que tarde.
El mercado de artículos deportivos ha seguido tradicionalmente ciclos marcados, no solo por las tendencias en la práctica deportiva, sino también por la moda. Y lo bueno del momento que atravesamos es que, a pesar de los altibajos y de ese frenazo en las ventas, hemos encontrado un equilibrio entre lo técnico y la moda deportiva no se veía desde hace años. Y más allá del bache que podamos estar atravesando, esto es un avance notable para un sector que, en demasiadas ocasiones, ha apostado más por lo estético que por lo funcional. Que ambos elementos estén en sintonía no solo fortalece la oferta global, sino que ayuda a mantener el interés del consumidor.
Este período de corrección en las ventas que estamos atravesando debe servir como reflexión para tiendas y marcas. Uno de los grandes desafíos actuales del sector es el desfase entre oferta y demanda, especialmente visible en el sobrestock que todavía hay acumulado en muchos segmentos. Liquidar estos inventarios y programar las nuevas temporadas con más “lógica” será clave para retomar una evolución positiva. Porque el problema nunca han sido las ventas; el problema es que había -y sigue habiendo- más producto que demanda. Con todo lo que ello conlleva, que no es precisamente positivo. A medida que el mercado se ajuste, las ventas volverán a tener un comportamiento más lógico, lejos de la explosión vivida tras la pandemia, pero con una progresión más regular y sostenible a largo plazo.
Otro aspecto a tener en cuenta es el inminente cambio en los modelos de venta. La fragmentación del mercado, con nuevos actores y plataformas, y la diversificación de los canales de distribución están transformando el reparto del pastel. Pero el pastel sigue siendo el mismo. O más grande. El crecimiento global del sector nunca se ha puesto en duda, porque lo que unos han perdido, otros lo han ganado. Y a pesar de los ajustes, que los hay y los habrá, la demanda de deporte, tanto en su vertiente técnica como parte más vinculada a la moda, continuará impulsando un mercado que, aunque en pausa, sigue dinámico en su esencia.
Aunque las ventas de artículos deportivos estén actualmente en una fase de desaceleración, el sector en su conjunto sigue mostrando un buen dinamismo gracias al progresivo crecimiento de la práctica deportiva y al buen momento de la moda deportiva. Este es un contexto de corrección que, si bien puede generar incertidumbre a corto plazo, es una oportunidad para que el mercado ajuste sus dinámicas y se prepare para una nueva etapa de crecimiento. La base de practicantes sigue siendo sólida, y eso es lo que garantiza que, una vez que el mercado logre equilibrarse, el futuro del sector deportivo sea positivo. Aunque con una evolución más mesurada y constante…
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