Estarían dispuestos a pagar un 25% más por marcas en las que confían
Redacción Interempresas
23/04/2025En un momento en que el mercado de estilo de vida activo enfrenta posibles disrupciones por el aumento de los aranceles en Estados Unidos, un nuevo estudio global sugiere que las marcas con mayor vínculo emocional y reputación sólida podrían salir fortalecidas.
La empresa UserTesting, especializada en análisis de experiencias del consumidor, ha encuestado a 4.000 personas en Estados Unidos, Reino Unido y Australia, revelando un dato contundente: el 68% de los consumidores fieles mantendría su lealtad a una marca incluso si sus precios aumentaran. De media, estarían dispuestos a pagar un 25% más por productos de marcas en las que confían.
La explicación va más allá de lo racional. El informe subraya que los consumidores perciben estas marcas como opciones “de bajo riesgo” frente a la incertidumbre, una suerte de inversión segura en un entorno económico volátil. La calidad constante, la buena experiencia del cliente y los años de uso previo pesan más que el precio, especialmente en productos cotidianos o personales como la ropa, el calzado o los alimentos.
Curiosamente, el factor nostálgico juega un papel determinante. Un 71% de los estadounidenses, y cerca de dos tercios de australianos y británicos, aseguran que están más inclinados a comprar marcas asociadas a recuerdos de su infancia. Esta conexión emocional no solo sostiene la fidelidad, sino que también genera una demanda latente por productos descatalogados: dos de cada tres estadounidenses pagarían más por recuperar artículos clásicos de sus marcas favoritas, como zapatillas icónicas o dispositivos vintage.
Los sectores con mayor índice de fidelización son el de alimentación (54%), seguido por ropa (42%), calzado (37%), teléfonos móviles (29%) y electrónica (28%). Además, hay disposición a pagar más en categorías como videojuegos (+34%), relojería y joyería (+33%), y marcas de fitness (+28%).
Aun así, la fidelidad no es incondicional. El estudio también señala que los consumidores considerarían cambiar de marca si un competidor ofrece un producto claramente superior o si su marca habitual deja de cumplir con sus expectativas de valor y experiencia.
“En momentos de tensión económica, los consumidores buscan certezas”, explica Bobby Meixner, director de soluciones sectoriales en UserTesting. “El precio importa, pero la confianza y la coherencia pesan más. Las marcas que mantengan su promesa en calidad y experiencia seguirán siendo la elección preferida, incluso si cuestan más”.
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