La compañía tiene un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente
“Estamos muy contentos con este logro y muy orgullosos ya que reconoce nuestra buena forma de hacer. Supone un hito en un viaje de mejora continua iniciado hace tiempo, y como empresa B Corp nos comprometemos a continuar implementando los cambios necesarios que nos permitan acercarnos cada vez más a nuestro objetivo de convertirnos en una mejor compañía, alineando aún más nuestros valores con nuestra misión empresarial”, afirma Jokin Umerez, director general de Ternua Group. “Desde nuestros inicios, hemos apostado por dar más importancia al cómo hacemos las cosas que al qué, centrándonos en hacerlas de la forma más ética posible, reduciendo el impacto negativo de nuestra actividad y aumentando el impacto positivo en nuestra plantilla, nuestra sociedad y nuestro planeta. Nos mueve un lema, el de “Change Priorities”, y un propósito claro, el de contribuir a que siga girando el ciclo de la vida protegiendo, creando, avanzando y retornando.” ha añadido Umerez.
Desde 2006, el Movimiento B promueve el cambio del sistema económico, creando estándares, políticas, herramientas y programas que cambian el comportamiento, la cultura y la estructura del capitalismo, movilizando a la comunidad de Empresas B hacia la acción colectiva para hacer frente a los retos más críticos de la sociedad: conseguir una economía inclusiva, equitativa y regenerativa que esté al servicio de todas las personas. Las Empresas B, para mantener la certificación, son reevaluadas según los estándares de B Lab cada tres años, los cuales además siempre van evolucionando y mejorando. B Lab es la organización sin ánimo de lucro al servicio de este movimiento global orientado a transformar el sistema económico. Hoy ya son más de 8200 compañías de 96 países diferentes pertenecientes a 162 sectores las que reman en la misma dirección bajo la certificación B Corp. En España son solamente 260. Este sello viene a reafirmar el buen hacer de la marca ya que aglutina a “Empresas con propósito” a nivel mundial, comprometidas con el bienestar ambiental, social y económico.
Por su parte, Edu Uribesalgo, director de innovación y sostenibilidad ha querido subrayar: “La obtención del certificado B-Corp es consecuencia de la implementación y seguimiento de las acciones relacionadas con la estrategia de sostenibilidad que traccionamos desde el Comité de Sostenibilidad de la empresa, del que forman parte trabajadores y trabajadoras de diferentes áreas de la empresa. Es medirnos durante el camino y confirmar una responsabilidad compartida respecto a no solamente el producto, sino a todos los ámbitos de impacto de la organización: trabajadores, medio ambiente, clientes, gobernanza y comunidad. Asumimos la responsabilidad que tenemos con la sociedad y las futuras generaciones y actuamos en base a ello”.
Ternua nació en 1994 con el objetivo de diseñar y fabricar prendas técnicas para la montaña de la forma más sostenible posible. De hecho, ya en su primera colección introdujo polares hechos con botellas de plástico recicladas en un momento en el que la industria textil todavía no era consciente del impacto tan negativo de su actividad en el medio ambiente. Su compromiso como marca era proteger a los deportistas durante su actividad en la montaña al mismo tiempo que protegía la naturaleza.
La marca ha ido dando pasos en materia de innovación sostenible, diseñando y produciendo de acuerdo a parámetros de sostenibilidad. En 2013 fue pionera a nivel mundial en la utilización de pluma reciclada como relleno en sus productos y en 2018 fue la primera marca española de outdoor en eliminar por completo los PFCs (sustancias nocivas para la naturaleza) de sus tratamientos de repelencia al agua.
Actualmente todos sus productos llevan la etiqueta de Commitment, lo que certifica que cada prenda ha sido fabricada con materiales reciclados, biodegradables naturales, algodón orgánico o materiales certificados Bluesign u Oeko Tex. Entre los materiales que recicla para hacer sus prendas se encuentran: alfombras, redes de pesca, botellas de plástico, plástico recogido del mar, pluma, posos de café, lana y lana de oveja latxa, prendas en desuso o cáscaras de nueces. Algunos de estos materiales han sido los protagonistas de sus proyectos singulares Redcycle, Nutcycle, Seacycle, Artileshell o Wearcycle, con los que la marca ha querido mostrar cómo se pueden transformar materiales en desuso y darles una nueva vida convirtiéndolos en prendas de gran calidad y buen diseño. Asimismo, utiliza tratamientos antibacterianos bideogradables.
Lorpen lleva más de 25 años fabricando calcetines técnicos para la montaña. En su fábrica de Etxalar (Navarra) diseña y produce sus productos que distribuye en más de 60 países a través de agentes y distribuidores. Su fábrica cuenta con la certificación medioambiental ISO 14001 y cabe destacar que el 100% de la energía eléctrica consumida es de origen renovable. A día de hoy, además de calcetines, ofrece prendas “next to skin”, es decir, productos que están en contacto con la piel, como camisetas y pantalones térmicos.
Astore diseña ropa deportiva para deportes indoor y uso casual desde hace más de 30 años. Su know how avala la calidad de sus prendas. Siguiendo su filosofía de marca, fabrica sus productos de forma honesta y responsable, bajo parámetros de sostenibilidad. Muy vinculada a sus raíces vascas, sobre todo, al deporte de la pelota, viste a los puntistas profesionales del Jai Alai Winter Series, la competición que ha hecho revivir la cesta punta en País Vasco. En general, su oferta está compuesta por prendas cómodas, diseñadas para durar, elaboradas con tejidos y tratamientos respetuosos con el medio ambiente y que tienen un estilo sobrio y actual. El propósito de Astore es mover a la inmensa minoría, gente que disfruta de su singularidad, que se siente bien consigo misma y que consume con conciencia.
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