Una sociedad polarizada en cuanto a la práctica deportiva, una consecuencia más de la pandemia

Redacción - Tradesport12/02/2021
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Durante estos últimos meses no ha parado de mostrarse, por diferentes medios, el impacto que está teniendo la Covid-19 sobre nuestros hábitos de vida, salud y la manera de relacionarnos. Nosotros mismos, mediante el Runnometro 2020, expusimos una visión general de la situación del sector del running popular durante la segunda ola.

Recientemente, Ipsos (2021) ha publicado los resultados de una encuesta realizada en 30 países, con 22.008 encuestados, sobre múltiples aspectos relacionados con la pandemia.

HEMOS ENGORDADO 5,7KG DE MEDIA
En lo que ha España atañe, han sido varios aspectos que deben ser destacados por su importancia. Entre ellos, y relacionados con el ámbito de la salud, se sigue destacando el incremento de peso desde el confinamiento. Exactamente, el 38% de los encuestados reportaron un aumento de peso con una ganancia promedio de 5,7 kg. No obstante, también existe un porcentaje amplio de los encuestados que aseguran haber perdido peso durante el confinamiento (21%).

Esta contraposición de situaciones, puede ser entendible si incluimos en el problema el descenso y/o aumento de actividad y ejercicio físico. El 24% de los encuestados asegura haber aumentado su actividad física, mientras que el 27 % reconoce que esta ha disminuido. Por lo tanto, parece ser que la pandemia, y sus consecuencias indirectas como es la reducción de las posibilidades de ocio, está generando una sociedad más “polarizada” entre los que cada vez practican más ejercicio físico, o se mueven más, y los que optan por no realizar o descender su actividad física y/o ejercicio físico diario.

Nos encontramos una sociedad más polarizada donde encontramos personas que han abandonado la actividad física y otro bando que se ha lanzado a practicar deporte

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A tenor de los resultados aportados por Ipsos, y teniendo en cuenta también similitudes con el Runnometro 2020, es posible establecer que existe una parte importante de la población que es consciente de la importancia del ejercicio y los hábitos de vida saludables, poniéndolos en práctica. Llegados a este punto, el 25% de los encuestados por Ipsos en España piensan que la práctica habitual de ejercicio es un hábito que puede reducir la gravedad de los síntomas de la Covid-19, pensamiento que cada vez consta de mayor evidencia científica (Leandro, Ferreira- Silva, & Lima-Silva, 2020).

LOS ESTÍMULOS VISIBLES E INVISIBLES DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
A pesar de constatarse que una parte importante de la población ha entendido que el ejercicio físico, de manera continuada en el tiempo y controlado por un profesional, solo puede tener beneficios sobre nuestra salud, es importante centrarse sobre ese otro estímulo diario “invisible” que es la actividad física.

La actividad física, entendida como todo aquel movimiento, no programado, que implique un gasto energético (subir las escaleras de casa, ir a por el pan, y demás desplazamientos cotidianos), es una de los principales damnificados de esta pandemia, restricciones de movilidad, teletrabajo, cierre de espacios públicos, etc. impiden que nuestros desplazamientos se hagan a pie, utilizando cada vez más el coche para el día a día. Ante esta situación, poco podemos hacer, ya que esta impuesta por los diferentes gobiernos. No obstante, el incremento del ejercicio físico y el deporte es una forma de minimizar los problemas suscitados por este descenso de la actividad física diaria.

EL 50% DE LOS ENCUESTADOS QUIERE PERDER PESO
Por otra parte, y siguiendo con los resultados de la encuesta de Ipsos, uno de cada dos encuestados está intentando perder peso, siendo la primera opción mejorar sus hábitos de alimentación y seguida por una mayor práctica de ejercicio. Esto concuerda totalmente con los propósitos de año nuevo, pero la realidad es que estos hábitos cuestan mucho en ser adquiridos y poco en perderlos. La constancia, es una de las principales variables para alcanzar el objetivo de cambio de hábitos.

Este cambio de hábitos, siempre van acompañados del apellido saludable. Por lo tanto, dentro del término habito de vida saludable, puede incluirse innumerables actividades. De esta manera, siempre pensamos en actividades que potencien el descenso de factores que inciden negativamente sobre la salud (p.e. sobrepeso, obesidad, hiperglucemia, hipertensión, etc.), y en ocasiones nos olvidamos de la dimensión psicológica de la salud, como meta a alcanzar o mejorar mediante estos nuevos hábitos de vida.

Este ha sido un aspecto crucial durante el confinamiento y la nueva normalidad, el aumento de consumo de ansiolíticos (INE, 2021) muestra como los efectos de la pandemia van más allá de las cifras de nuevos contagios. A su vez, también hay más datos casi invisibles, o por lo menos obviados de las estadísticas. Con ello me refiero a grupos específicos de población, sirva como ejemplo los niños. Estos han sido y son uno de los grupos poblacionales que más han sufrido durante el confinamiento y las posteriores restricciones de práctica. Si añadimos una restricción de sus posibilidades de jugar y/o entrenar, añadimos el desarrollo de sus procesos madurativos (biológicos y psicológicos), y reducimos su actividad física diaria (baja de por sí), el coctel resultante puede ser muy peligroso.

UN PROBLEMA QUE SE INCREMENTA ENTRE LOS MÁS PEQUEÑOS
Un estudio recientemente realizado por Alonso-Martínez y colaboradores (2021) mostró como en niños de 4 a 5 años, durante el confinamiento, incrementaron sus comportamientos antisociales, y la forma de mostrar sus problemas (mayor ansiedad o comportamientos depresivos). A su vez, en este mismo estudio, aquellos niños que cumplieron con las recomendaciones de actividad física marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mostraron menos problemas a la hora de mostrar autocontrol, atención, menores cambios de humor, etc.

Por lo tanto, el asegurarnos que tanto nosotros como nuestros hijos tengan unos hábitos de vida saludables, pasará por la práctica de ejercicio físico. En este sentido los padres tienen un peso capital en los hábitos de vida deportivos (presentes y futuros) de sus hijos, deberán ser ejemplo de un adulto activo. De padres sedentarios, vendrán hijos sedentarios.

Artículo publicado en Runnea Academy por IKER MUÑOZ, Director Deportivo de RUNNEA y RUNNEA ACADEMY. Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

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